martes, 28 de julio de 2015

UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE SANTIAGO
(UTESA)
 Ciencias de la Salud Carrera de medicina
INMUNOLOGIA MED 882 003
Tema:
Tolerancia inmunitaria y Maduracion de los linfocitos B en la medula osea
Presentado por:
ENOA TORIBIO 2-10-1046
YSMELDA B. LORGI 2-08-5167
YOLAINI HERNANDEZ 1-10-0603
ANIANA MERCADO 1-10-1108
JULISSA GARCIA 2-10-2403
PRICED HENRIQUEZ 2-08-0766
FABIORA YEAN 1-12-2123
ANA YISEL JIMENEZ 2-12-1344
BRIANDA HERNANDEZ 1-09-8797
Presentado A:
Dra: Mirtha Villar
Santiago De Los caballero Rep. Dom 
29 de julio 2015    


       Tolerancia Inmunitaria.

Se trata de un estado de ausencia de reactividad específica para antígenos concreto que se adquiere de forma activa. La más importante es la autotolerancia que permite que el sistema inmune de un individuo no ataque a las células de su propio organismo.Los mecanismos de tolerancia pueden establecerse a nivel central, durante la génesis y diferenciación de las células (timo en células T y médula ósea en células B) y a nivel periférico, sobre células adultas.La tolerancia  establecida a nivel central sobre los linfocitos B en la médula ósea es menos efectiva que la realizada sobre los linfocitos T en timo. Se considera que la presencia de un pequeño número de linfocitos B levemente autorreactivos es normal, no obstante, éstos permanecen inactivos por la falta de colaboración de los linfocitos TH2.Hay diversos rasgos que diferencian lo extraño de lo propio. En primer lugar en el órgano linfoide primario (OLP), donde se originan los linfocitos antígenos específicos, todo lo que hay es propio, por lo que la célula que reconoce antígeno en OLP es autorreactiva. En segundo lugar, lo propio tiene una concentración alta y constante, mientras que lo extraño tiene una concentración que aumenta rápidamente en órganos linfoides secundarios (OLS). Hay excepciones a esta regla; por ejemplo las hormonas son moléculas propias cuyos niveles pueden oscilar rápidamente, y tal vez esto tenga que ver con la alta incidencia de enfermedades autoinmunes en las que el ataque se dirige específicamente contra glándulas endocrinas. En tercer lugar, lo extraño siempre es presentado por APC con capacidad coestimuladora que han sido activadas a través de sus receptores para patrones moleculares asociados a patógenos (PAMP). Sin embargo, lo propio es presentado en la mayoría de las ocasiones por APC sin señales coestimuladoras. La estimulación de receptores de PAMP de las APC determina su capacidad coestimuladora y el tipo de respuesta inmune que se producirá frente a los antígenos presentados. Mecanismos que mantienen la tolerancia frente a los antígenos propios.El sistema inmune puede reaccionar contra cualquier estructura molecular para luchar contra cualquier posible microorganismo. Los receptores que coordinan esta respuesta son los anticuerpos expresados en la superficie de células B como receptores (BCR) y los receptores para el antígeno de células T (TCR). La generación de estos receptores se produce por un proceso genético muy característico de los precursores linfoides denominado recombinación somática de segmentos génicos. Este mecanismo es capaz de generar una gran diversidad de secuencias de aminoácidos en la región variable de los BCR o TCR que permiten interaccionar o reconocer a billones de estructuras tridimensionales o antígenos. Entre estas estructuras reconocibles se incluyen antígenos propios del organismo, por lo que se generan células autorreactivas.Existen, como veremos a continuación, una serie de controles sucesivos y complementarios que protegen de la autorreactividad capaz de generar autoinmunidad, sin interferir con la capacidad del sistema inmune para responder frente a antígenos extraños procedentes del exterior, como los agentes infecciosos, o del interior como las células tumorales. Los linfocitos T y B están sujetos a mecanismos de tolerancia central y periféricos. Para que la autoinmunidad se produzca deben concurrir una serie de fracasos en cadena de los mecanismos de seguridad que mantienen la tolerancia contra los antígenos propios.  

MADURACIÓN DE LINFOCITOS B EN MEDULA ÓSEA
Los linfocitos B maduros se encuentran en periferia (fuera de la médula ósea) Expresan inmunoglobulina de membrana. Provienen de células progenitoras B, que están presentes en la médula ósea. Se denominan células B inmaduras a las células localizadas en medula ósea (MO) y que expresen inmunoglobulina de membrana (IgM). Estas células sufren selección negativa sí reconocen moléculas en medula ósea. Los linfocitos B que no reconocen estructuras propias saldrán de la medula ósea y convirtiéndose en linfocitos B maduros que circularán por vía linfáticaMaduraciónLas células progenitoras de linfocitos B se denominan de manera diferente en las diferentes etapas en las que se puede dividir el proceso de diferenciación, y que dependen de los reordenamientos en los genes de cadena pesada y ligera de inmunoglobulina que tienen lugar. Los primeros segmentos genéticos que se reordenan son los de cadena pesada, y además lo hacen de una manera precisa en el tiempo, primero se reordenan los segmentos DH y JH y una vez que esto ha ocurrido, tiene lugar el reordenamiento VH-DHJH. Sólo cuando este reordenamiento ha terminado y se traduce la cadena pesada µ "mu” (contiene el dominio variable y los dominios constantes), el linfocito pre-B grande comienza a reordenar los segmentos genéticos que darán lugar al dominio variable de cadena ligera. La señal que dispara este nuevo reordenamiento es la llegada a membrana de un pre-receptor de linfocito B, ya que la cadena pesada µ se puede unir en retículo endoplásmico a dos proteínas (V-pre-B y λ5) que sólo están presentes en este estadio de diferenciación y que permiten el transporte de esta cadena µ a membrana Los linfocitos B inmaduros, aún presentes en médula ósea, expresan inmunoglobulina de membrana, ya que han reordenado los segmentos genéticos del dominio variable de cadena pesada y ligera. A esa inmunoglobulina de membrana se la nombra como IgM. Estos linfocitos B inmaduros abandonan médula ósea y comienzan a recircular. A partir de su salida de la médula ósea se denomina ya linfocitos B maduros.La supervivencia de células B inmaduras y su paso de célula B inmadura a B madura depende de la ausencia de reconocimiento de elementos propios en médula ósea. Los linfocitos B inmaduros que reaccionan con elementos propios en médula ósea mueren o se convierten en células anérgicas (incapaces de diferenciarse a célula plasmática) Los que no reconocen elementos propios o tienen poca afinidad por ellos llegan a linfocitos B maduros El paso de linfocito B maduro a célula secretora de inmunoglobulinas o a célula memoria depende del reconocimiento de antígeno no propio. Reordenamiento de genes estructuralesHasta ahora habíamos planteado que existía un único gen que codificaba para los dominios constantes de cadena pesada y por lo tanto todos los linfocitos B comparten idénticos dominios constantes en cadena pesada Existen varios genes (regiones del ADN) con capacidad para codificar los exones constantes de cadena pesada Se nombran como C y una letra griega. La región constante determina el isotipo de inmunoglobulinas. Hay 9 isotipos, que se agrupan en 5 familias. Estos isotipos se pueden expresar en la membrana de los linfocitos B en forma de receptor de membrana, o solubles (ya secretados, anticuerpos). En este caso los isotipos IgM e IgA forman pentámeros o dímero.





TOLERANCIA INMUNOLOGICA...... LIDER:WANDY WILLIAMS BUACIER

UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE SANTIAGO
(UTESA)
Ciencias de la Salud
Carrera de medicina
INMUNOLOGIA
MED 882 003
 Tolerancia Inmunologica
Presentado por:
Wandy Josefina Williams Buacier   2110346
Lucna  Joseph  2121492
Luis Amable Batista  1 10 14 65
Jean Stephanie 1 12 2113
Aleyka Francisco Galvez   1121226
Roberki Peralta Portes 2120768
Lucienne Pierre  2-10-2563
Melvin Sencion Rosa   Jaquez  1111901
Sindy Alvarez Abreu   2120567
Miquel  Ángel Reyes Rodríguez  2112727
Presentado A:
Dra: Mirtha Villar
Julio 2015
Santiago Rep. Dom


TOLERANCIA INMUNOLOGICA

Se define la tolerancia inmunológica como la ausencia de respuesta inmune frente a un antígeno, ya sea propio o extraño, inducida por el contacto previo con dicho antígeno.
Se trata de un estado activo, (no es una simple ausencia de respuesta) dotado de especificidad y de memoria.
Los antígenos que inducen este estado de tolerancia se denominan tolerógenos, para distinguirlos de los que provocan respuesta inmune (inmunogenos).
La tolerancia se puede desarrollar de un modo natural, como cuando un animal en desarrollo se vuelve incapaz de responder a sus propias moléculas (autotolerancia). Cuando este sistema falla, se producen patologías por autoinmunidad.
La tolerancia inducida experimentalmente es un estado de ausencia de respuesta a un antígeno que normalmente seria inmunigenico. Para ello, como veremos, el antígeno ha de ser administrado bajo ciertas condiciones.


Propiedades de la inducción de la tolerancia

ü La tolerancia es un estado adquirido ("aprendido"), no innato,
ü que se induce más fácilmente en linfocitos inmaduros,
ü que se induce cuando no hay señal coestimulatoria,
ü y que requiere que el antígeno persista para que dicho estado permanezca.
A continuación desarrollaremos cada uno de estas propiedades de la inducción de la tolerancia, aludiendo a experimentos históricos que fueron revelando estos aspectos.

La tolerancia es un estado aprendido o adquirido

A principios de siglo, mucho antes de los experimentos sobre la tolerancia, Paul Ehrlich postuló que el sistema inmune debía tener un mecanismo para evitar la formación de anticuerpos frente al propio individuo (a esto lo bautizó con el nombre latino de horror autotoxicus).
En 1938 Traub indujo en ratones tolerancia específica a cierto virus al inocular dicho virus intrauterinamente. El virus persistía toda la vida del animal, que era incapaz de producir anticuerpos frente a dicho patógeno.
En 1945 Owen describió un "experimento de la naturaleza" en terneros dizigóticos que habían compartido la misma placenta: durante su fase fetal se habían intercambiado células hematopoyéticas (células madre), de modo que cada uno llevaba no sólo los marcadores de sus propias células sanguíneas, sino los de su hermano (son quimeras genéticas desde el punto de vista de sus células sanguíneas). Estos terneros podían aceptar sin problemas transfusiones del otro, sin montar una respuesta inmune.
En 1951 Peter Medawar demostró que este tipo de gemelos también podían aceptar injertos de piel uno del otro.
Tras estas observaciones, Burnet y Fenner propusieron que el momento del primer encuentro entre el sistema inmune y el antígeno era clave a la hora de determinar la capacidad del sistema inmune de reconocer al antígeno como no-propio. Burnet (1954) postuló que el reconocimiento de lo propio por parte del sistema inmune no es algo innato, sino que debe ser aprendido durante el desarrollo embrionario y fetal: la interacción del sistema inmune en desarrollo con moléculas propias (autoantígenos) provocaría la eliminación o inactivación de los clones correspondientes de linfocitos autorreactivos.
En los años 50 Medawar y colaboradores pusieron a prueba experimental esta hipótesis. A ratones neonatos de una raza (llamémosla raza A) le infundieron células de bazo de otra raza singénica (raza B). Cuando los ratones A alcanzaron la madurez, les fueron realizados injertos de piel de la raza B, que fueron aceptados sin rechazo. Esto se acomodaba en la teoría de la selección clonal de Burnet: los clones de linfocitos que encuentran el antígeno cuando aún son inmaduros quedan eliminados ("clones prohibidos"). [A Burnet y a Medawar les fue concedido el premio Nobel en 1960 por estos descubrimientos].





La tolerancia se induce mejor en linfocitos inmaduros

Triplett sometió a prueba la teoría de Burnet de que el aprendizaje de lo propio se realiza durante el desarrollo fetal. Extirpaba la pituitaria a renacuajos, y posteriormente, al llegar a fase de ranas adultas, les inyectaba su propia pituitaria, comprobando que la rechazaban. En cambio, si sólo extirpaba la mitad de la pituitaria al renacuajo, y a la correspondiente rana le infundía la mitad extirpada, comprobaba que la aceptaba.
Lederberg (1959) sugirió que el factor clave en determinar la capacidad o no de respuesta estriba en el grado de madurez de los linfocitos, y no la fase de desarrollo del individuo: los linfocitos inmaduros que contactan con el antígeno son sometidos a "aborto clonal", mientras que las células maduras montan una respuesta inmune. Lo que ocurre durante la fase fetal y neonatal es que el individuo es susceptible a la tolerancia porque la mayor parte de sus linfocitos son aún inmaduros. En los animales adultos la tolerancia es más difícil de lograr (se requieren cantidades de antígeno 100 veces superiores que las de los neonatos).

La distinción entre inmunidad y tolerancia depende de que el linfocito reciba o no una señal coestimulatoria

Este punto fue propugnado en 1970 por Brestcher y Cohn.
La evidencia experimental llegó en los años 80, con los experimentos de Lafferty y colaboradores: injertos de islotes pancreáticos eran aceptados cuando se eliminaban del hospedador células presentadoras profesionales que son las que normalmente suministran la segunda señal (coestimulatoria).

El mantenimiento de la tolerancia depende de la persistencia del antígeno

La persistencia del antígeno juega un papel esencial en el mantenimiento de la tolerancia: cuando la concentración del antígeno cae por debajo de cierto umbral, se recupera la capacidad de respuesta. Ello se debe a que se originan nuevos linfocitos a partir de sus precursores de los órganos linfoides primarios.

Factores que afectan a la tolerancia experimental

Los principales factores que afectan a la tolerancia experimentalmente inducida son el estado del antígeno, su dosis y vía de entrada, y el estado de los linfocitos.
1) Vía de entrada
Las rutas de entrada que mejor inducen tolerancia son las de administración oral y la intravenosa.
La tolerancia oral puede que haya evolucionado para evitar reacciones contra proteínas ingeridas necesarias para la nutrición.
Ciertos remedios aborígenes caseros se aprovechaban empíricamente de este hecho. Los indios norteamericanos solían comer hígado de ciervo para evitar reacciones contra la hiedra tóxica. El ciervo se alimenta de esta planta; al comer su hígado, se introduce vía oral el componente antigénico, lo que inducía tolerancia a éste (el problema es que esto puede ocasionar hipersensibilidad en la mucosa digestiva, a veces fatal).
La administración intravenosa tiene más probabilidades de inducir tolerancia que la subcutánea.


2) Estado del antígeno
Los antígenos solubles inducen mejor la tolerancia que los particulados. Parece que ello se debe a que cuando son engullidos por las células presentadoras, éstas no se activan, por lo que no expresan moléculas coestimulatorias como la B7. Cuando estas APC presentan el antígeno a los linfocitos T, éstos no reciben esa segunda señal, lo que induce el estado de anergia clonal.
Este hecho se está intentado aprovechar a la hora de diseñar vacunas contra alergias o enfermedades autoinmunes, administrando formas solubles del alergeno o autoantígeno.
3) Dosis del antígeno
Dosis muy altas o muy bajas del antígeno pueden inducir estado de tolerancia, existiendo lo que se denomina como zona de tolerancia a dosis bajas y zona de tolerancia a dosis altas.
Por lo tanto, a la hora de la vacunación es esencial ajustar correctamente las dosis para lograr el efecto deseado.
La existencia de la zona de tolerancia a dosis bajas se puede aprovechar clínicamente para la desensibilización alérgica: se inyecta al individuo dosis repetidas a baja concentración del alergeno para el que está sensibilizado; con ello se puede inducir tolerancia a las dosis normales de dicho alergeno, evitando los síntomas de esa hipersensibilidad inmediata.
4) Susceptibilidad de las células T y B
Parece ser que existe una susceptibilidad intrínseca diferente para la tolerancia en los linfocitos T y B:
las células T se vuelven tolerantes pronto y se mantienen así durante más tiempo que las células B.
Sin embargo, como la mayoría de las células B requieren in vivo la ayuda de las células T, en última instancia la respuesta humoral y su correspondiente tolerancia tendría una cinética determinada por el estado de capacidad de respuesta de los linfocitos T.


Los estudios sobre los mecanismos de tolerancia han experimentado un impulso con la tecnología transgénica.

Con las técnicas de ingeniería genética es posible “diseñar” ratones de laboratorio que portan genes previamente clonados bajo el control de promotores adecuados (ratones transgénicos). Esto permite estudiar de modo directo la auto tolerancia, ya que el gen introducido se expresa en fases tempranas del desarrollo, y por lo tanto podemos comprobar el efecto de que el sistema inmune entre en contacto  temprano con determinadas moléculas.


Desde el punto de vista de como se logra el estado funcional de tolerancia, se pueden distinguir varios tipos de tolerancia:
·        Deleccion clonal: eliminación física de células (auto)- reactivas en algún momento de su proceso de maduración
·        Aborto clonal: bloqueo de la maduración diferenciación de la célula inmadura;
Anergia clonal: inactivación funcional del linfocito maduro;

·        Ignorancia clonal: clones de linfocitos T o B autorreactivos potencialmente funcionales, pero que no llegan a activarse porque el auto-antigeno esta en muy pequeña cantidad (ejemplo: idiotipos de Ig o de TCR) o esta secuestrado en órganos inmunológicamente privilegiados.
Desde el punto de vista de donde se produce la inducción de tolerancia, se pueden distinguir entre tolerancia central y tolerancia periférica.

·        Tolerancia central: la que ocurre en los órganos linfoides primarios con los linfocitos inmaduros. Este proceso debe de estar ocurriendo continuamente, ya que también lo esta la producción inmunocompetentes contengan receptores para antígenos propios que no fueron presentados durante su educación (maduración). Se habla entonces de que deben existir también mecanismos de inducción de tolerancia periférica.

Tolerancia central en linfocitos T

Parece ser que los autoantígenos secretados por diversos órganos y tejidos llegan al timo, donde son internalizados y presentados por macrófagos y células dendríticas a los timocitos dobles positivos (CD4+ CD8+); es aquí cuando se produce la selección negativa, en la que los clones autorreactivos son eliminados (delección clonal).

El estado de diferenciación del timocito (linfocito inmaduro) es determinante para esta delección. Esto puede deberse a que en este estado inmaduro los auto-antígenos desencadenan vías de transducción de señal diferentes a las de los linfocitos T maduros.

Tolerancia periférica (postímica) de linfocitos T

Algunas células T potencialmente autoagresivas logran escapar de la selección negativa del timo, por lo que el sistema inmune posee mecanismos para evitar su acción. En experimentos con ratones transgénicos se ha visto que existe tolerancia periférica por varios mecanismos:

delección periférica de linfocitos Tc autorreactivos en órganos inmunoprivilegiados (globo ocular, ovario, testículos). Las células de estos tejidos expresan CD95L, que al unirse al CD95 del Tc le provocan la apoptosis.
anergia clonal, por ausencia de la señal coestimulatoria (cuando la APC carece de moléculas B7).

Tolerancia central de linfocitos B

Existe evidencia de que existe tolerancia central por delección clonal de linfocitos B inmaduros (mIgM+) durante su maduración en la médula ósea. Las células B inmaduras, una vez que contactan con el autoantígeno en la superficie de células propias, detienen su desarrollo y mueren por apoptosis al cabo de 1-3 días, normalmente antes de salir de la médula

Por otro lado, los linfocitos B inmaduros que unen antígeno propio soluble quedan anérgicos, al bajar el nivel de mIgM y aumentar el de mIgD.

Tolerancia periférica de linfocitos B

Son varios los mecanismos que se han estudiado:

Delección clonal de linfocitos B maduros en periferia (por apoptosis) al reconocer moléculas de membrana propias.
Anergia clonal cuando los receptores del linfocito B tienen un alto grado de ocupación: cuando hay altas concentraciones de un antígeno soluble monomérico, se inducen en las células B un cambio importante: baja notablemente el número de IgM de membrana, lo que condiciona que sean incapaces de interaccionar adecuadamente con los linfocitos TH, induciéndose un estado de anergia. Además, su vida media desciende a sólo 3-4 días, en comparación con las 4-5 semanas que dura una célula B periférica normal.








universidad tecnológica de santiago


presentado por:

Ramón M. Baez            1-12-7221
Arisson D. Mateo          1-12-0177
Edison Javier Flores      1-09-0264
Wesley A. Guzmán       2-10-2178
Sharisel capellán          1-11-0106
Renande Pierre            2-11-0314
Melvin Rosa                 1-11-1901
Carmen R. Ureña         2-10-1862
Estephany Sánchez      2-10-2867
Gerson Dariel              2-11-1492

grupo:

003

asignatura:

Inmunología 

profesora:

Mirna villar 


TOLERANCIA INMUNOLÓGICA

Se define la tolerancia como la ausencia específica de respuesta inmune frente a un antígeno, ya sea propio o extraño, inducida por el contacto previo con dicho antígeno. Se trata de un estado activo (no es una simple ausencia de respuesta), dotado de especificidad y de memoria.

La tolerancia se puede desarrollar de un modo natural, como cuando un animal en desarrollo se vuelve incapaz de responder a sus propias moléculas. Cuando este sistema falla, se producen patologías por auto inmunidad. La tolerancia inducida experimentalmente es un estado de ausencia de respuesta a un antígeno que normalmente sería inmunogénico.

la tolerancia inmunologica puede ser central o periférica

Tolerancia central: Consiste en una deleción clonal de los linfocitos T y B autorreactivos durante su maduración en los órganos centrales (timo y médula ósea respectivamente). Las células presentadoras de antígenos del timo asociadas a moléculas del CMH propias presentan y procesan proteínas antigénicas autólogas. Los linfocitos T en desarrollo que expresan receptores de alta afinidad para estos autoantígenos sufren una selección negativa y acaban perdiéndose, por lo que en el conjunto de linfocitos T periféricos no existen células T autorreactivas.


Tolerancia periférica: Las células T autorreactivas que escapan a la selección negativa en el timo pueden provocar lesiones hísticas. Sin embargo, existen varios mecanismos que silencian dichas células:
Anergia: presencia de linfocitos B o T con potencial autorreactivo, pero que en condiciones normales no responden al antígeno.
Muerte celular inducida por activación: los auto-antígenos que abundan en los tejidos periféricos pueden inducir a la activación de las células T autorreactivas, dando lugar a la expresión de Fas-L (fas-ligando) sobre estas células, que sufren apoptosis por engranaje con el Fas que co-expresan (Sistema fas-ligando Fas).
Supresión mediada por los linfocitos T: es un proceso activo mediante el cual un factor externo (citocinas, linfocitos u otras células) frenan la respuesta de una célula autorreactiva una vez ésta es estimulada por el respectivo auto-antígeno. Este proceso se produce a través de la secreción de citocinas como IL-1 y factor de transformación del crecimiento (TGF-β) por parte de los linfocitos T CD4 de tipo TH2, que inhiben las funciones de las células autorreactivas de tipo TH1.

Propiedades de la inducción de la tolerancia

La tolerancia inmunológica no es innata, es adquirida. Se induce en las siguientes condiciones:
  • Se da en la época fetal y primeros días de vida.
  • Mediante administración de antígenos muy inmunógenos en grandes cantidades o por medio del tratamiento inmunosupresor.
  • Por fallo del sistema de presentación del antígeno por parte de las células del SFM a los linfocitos T CD4, por la neutralización o ausencia del ligando CD28 (actúa como receptor celular presente sobre la membrana de los linfocitos T), por fallo de la segunda señal, o por anomalías de la interacción de CD4 y las moléculas de clase II del CMH.
  • Por supresión periférica clonal de linfocitos T CD4. Los linfocitos B se vuelven arreactivos cuando se ponen en contacto con el antígeno en una fase de inmadurez de los receptores.
  • Por eliminación de los receptores o las células capaces de reaccionar con los antígenos propios, en los procesos de maduración de los linfocitos T en el timo o de los linfocitos B en la médula ósea.
La tolerancia se induce mejor en linfocitos inmaduros



Triplett sometió a prueba la teoría de Burnet de que el aprendizaje de lo propio se realiza durante el desarrollo fetal. Extirpaba la pituitaria a renacuajos, y posteriormente, al llegar a fase de ranas adultas, les inyectaba su propia pituitaria, comprobando que la rechazaban.


Lederberg (1959) sugirió que el factor clave en determinar la capacidad o no de respuesta estriba en el grado de madurez de los linfocitos, y no la fase de desarrollo del individuo: los linfocitos inmaduros que contactan con el antígeno son sometidos a "aborto clonal", mientras que las células maduras montan una respuesta inmune. Lo que ocurre durante la fase fetal y neonatal es que el individuo es susceptible a la tolerancia porque la mayor parte de sus linfocitos son aún inmaduros. 

La distinción entre inmunidad y tolerancia depende de que el linfocito reciba o no una señal coestimulatoria



Este punto fue propugnado en 1970 por Brestcher y Cohn.

La evidencia experimental llegó en los años 80, con los experimentos de Lafferty y colaboradores: injertos de islotes pancreáticos eran aceptados cuando se eliminaban del hospedador células presentadoras profesionales que son las que normalmente suministran la segunda señal (coestimulatoria).

El mantenimiento de la tolerancia depende de la persistencia del antígeno



La persistencia del antígeno juega un papel esencial en el mantenimiento de la tolerancia: cuando la concentración del antígeno cae por debajo de cierto umbral, se recupera la capacidad de respuesta. Ello se debe a que se originan nuevos linfocitos a partir de sus precursores de los órganos linfoides primarios.

 Factores que afectan a la tolerancia experimental


Los principales factores que afectan a la tolerancia experimentalmente inducida son el estado del antígeno, su dosis y vía de entrada, y el estado de los linfocitos.

1) Vía de entrada

Las rutas de entrada que mejor inducen tolerancia son las de administración oral y la intravenosa.

La tolerancia oral puede que haya evolucionado para evitar reacciones contra proteínas ingeridas necesarias para la nutrición.

La administración intravenosa tiene más probabilidades de inducir tolerancia que la subcutánea.

2) Estado del antígeno

Los antígenos solubles inducen mejor la tolerancia que los particulados. Parece que ello se debe a que cuando son engullidos por las células presentadoras, éstas no se activan, por lo que no expresan moléculas coestimulatorias como la B7. Cuando estas APC presentan el antígeno a los linfocitos T, éstos no reciben esa segunda señal, lo que induce el estado de anergia clonal.
Este hecho se está intentado aprovechar a la hora de diseñar vacunas contra alergias o enfermedades autoinmunes, administrando formas solubles del alergeno o autoantígeno.

3) Dosis del antígeno

Dosis muy altas o muy bajas del antígeno pueden inducir estado de tolerancia, existiendo lo que se denomina como zona de tolerancia a dosis bajas y zona de tolerancia a dosis altas.
Por lo tanto, a la hora de la vacunación es esencial ajustar correctamente las dosis para lograr el efecto deseado.

La existencia de la zona de tolerancia a dosis bajas se puede aprovechar clínicamente para la desensibilización alérgica: se inyecta al individuo dosis repetidas a baja concentración del alergeno para el que está sensibilizado.

4) Susceptibilidad de las células T y B




las células T se vuelven tolerantes pronto y se mantienen así durante más tiempo que las células B.

Sin embargo, como la mayoría de las células B requieren in vivo la ayuda de las células T, en última instancia la respuesta humoral y su correspondiente tolerancia tendría una cinética determinada por el estado de capacidad de respuesta de los linfocitos T.


martes, 16 de junio de 2015

RESUMEN DE LA INFLAMACION, CITOQUINAS Y FAGOCITOSIS

UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE SANTIAGO

(UTESA)

 

Ciencias de la Salud

Carrera de medicina

INMUNOLOGIA

MED 882 003

Infamación, Fagocitosis, Citoquinas

Presentado por:

ENOA TORIBIO 2-10-1046

YSMELDA B. LORGI 2-08-5167

YOLAINI HERNANDEZ 1-10-0603

ANIANA MERCADO 1-10-1108

JULISSA GARCIA 2-10-2403

PRICED HENRIQUEZ 2-08-0766

FABIORA YEAN 1-12-2123

ANA YISEL JIMENEZ 2-12-1344

BRIANDA HERNANDEZ 1-09-8797

Presentado A:

Dra: Mirtha Villar

Junio 2015

Santiago Rep. Dom

 

 

 

LA INFLAMACION


Es una respuesta protectora cuya intención es eliminar la causa inicial de la lesión tisular, así como las células y los tejidos necróticos resultantes de la lesión original.

Dicho de otra forma: Es la respuesta del tejido vascularizado a la agresión.

Aunque la inflamación ayuda a eliminar las infecciones y otros estímulos nocivos y da comienzo a la reparación, la reacción inflamatoria y el proceso reparador pueden causar un daño considerable. Esto ocurre porque las enzimas digestivas de los macrófagos que se encargan de eliminar al agente patógeno también son capaces de lesionar al tejido sano.

La inflamación, sea del tipo que sea, presenta las siguientes características:

1. Rubor en la zona afectada: Enrojecimiento.
2. Calor en la zona afectada.
3. Tumor: Es la hinchazón que usualmente vemos en la inflamación.
4. Dolor.

5. Pérdida de la función, No siempre pasa, más bien se da en casos en que la lesión ha sido muy severa o ha pasado a ser crónica.

La inflamación se clasifica en dos tipos: Aguda y crónica.

Una inflamación inicial puede terminar de dos formas: eliminando al agente patógeno, reparando el tejido y concluir con la reacción o dar origen a una lesión crónica.

Inflamación aguda
Es la respuesta rápida a un agente patógeno, microbio o cualquier sustancia extraña. Tiene dos componentes principales:

1. Cambios vasculares: Vasodilatación inicial que permite a las proteínas plasmáticas abandonar la circulación, aumento de la permeabilidad vascular.
2. Acontecimientos celulares: Migración de leucocitos, principalmente y su acumulación en el foco de lesión

El aumento de la permeabilidad vascular, por el ensanchamiento de las fenestraciones capilares o lesión endotelial directa da lugar a un exudado de líquido rico en proteínas

Los leucocitos localizan al patógeno o al tejido dañado y son activados. Eliminan los microobios y las células muertas por fagocitosis; esta destrución está causada por enzimas y radicales libres, los cuales también dañan al tejido sano.

El desenlace: eliminación del exudado con restauración del tejido, cicatrización o transición a inflamación crónica.

Inflamación crónica
Es una inflamación de duración prolongada y Se caracteriza por:

1. Infiltración de células mononucleares: macrófagos, linfocitos y células plasmáticas.
2. Destrucción del tejido.
3. Angiogénesis: vascularización o formación de nuevos vasos sanguíneos.
4. Cicatrización

Este tipo de inflamación está causada por microbios resistentes a la eliminación, respuestas autoinmunes y algunas sustancias tóxicas.

CITOQUINAS

Las citoquinas (o citocinas) son un grupo de proteína de bajo peso molecular que actúan mediando interacciones complejas entre células de linfoides, células inflamatoria y células hematopoyética.

Sus funciones son muy variadas, pero se pueden clasificar en una pocas categorías:

· Diferenciacion y maduración de células del sistema inmunitario.

· Comunicación entres células del sistema inmunitario;

· En algunos casos,ejercen funsiones efectoras directa.

PROPIEDADES GENERALES DE LAS CITOQUINAS

La citoquinas son un grupo de proteínas secretada de bajo peso molecular(por lo general menos de 30kda), producida durante la repuesta inmune natural y especifica. Se une a receptores especifico de la membrana de la células donde van a ejercer su función, iniciando una cascada de trasducion intracelular de señal que altera el patrón de expresión genética, de modo que esas células diana producen una determinada repuesta biológica.

ESTRUCTURA Y FUNCION DE LAS CITOQUINAS

Las citoquinas son proteína o glucoproteinas de menos de 30kda. Muchas de ella pertenecen a la llamada familia de las hematopoyetina, y tiene estructura terciarias parecidas:una configuración a base de un conjunto de cuatros hélices, con poca estructura en laminanB.

Generalmente actúan como mensajeros intercelulares que suelen intervenir en la maduración y amplificación de la repuesta inmune, provocando multiples actividades biológicas una vez que se unen a receptore específicos de las células diana adecuada.

Principales tipo de repuesta mediatizados por la acción de las citoquinas:

1. Activador de los mecanismo de inmunidad natural.

2. Activación y ploriferacion de células b, hasta su diferenciación a células plasmáticas secretoras de anticuerpo.

3. Intervención en la reacción de inflamación;tanto aguda como crónica.

4. Intervención en la repuesta celular especifica.

5. Control de los procesos hematopoyéticos de la medula osea.

6. Induccion de la curación de la heridas.

RECEPTORES DE CITOQUINAS

ESTRUCTURA GENERAL DE LAS FAMILIAS DE RECEPTORES DE CITOQUINAS.

Hay diversos tipos de receptores de membrana para citoquinas; pero se pueden agrupar en cinco familias:

· Familia de receptores de citoquinas de la superfamilia de las inmunoglobulinas, que poseen varios dominios extracelulares de tipo IG.

· Familia de la clase I de receptores de citoquinas.

· Familia de clase II de receptores de citoquinas.

· Familias de receptores de TNF.

· Familia de receptores de quimioquinas.

LA MAYOR PARTE DE LOS RECEPTORES DE CLASE I POSEEN DOS PROTEINAS DE MEMBRANAS:

· Cadena a, que es la subunidad especifica de la citoquina, sin capacidad de enviar señales al citoplasma;

· Cadena B, una subunidad trandustora de señal, que a menudo no es especifica de citoquina, sino que es compartida por receptores de otras citoquina.

ANTAGONISTA DE CITOQUINAS

La actividad biológica de la citoquina esta regulada fisiológicamente por dos tipos:

· Lo que provoca el bloqueo del receptor al unirse a este.

· Lo que inhibe la acción de la citoquina al unirse a esta.

CONSECUENCIAS BIOLOGICAS DE LA SECRECION DE CITOQUINAS POR PARTE DE LOS LINFOCITO TH1 Y TH2.

Las células TH1 producen IL-IFN-Y Y TNF-B. son responsables de funciones de inmunidad celular.

Las células TH2 producen IL-4,IL-5, IL-10, IL-13. Actúan como colaboradora en la activación de las células B, y son mas apropiada para responder a bacterias extracelulares y a helminos.tambien están implicada en reacciones alérgica.

LA FAGOCITOSIS

La fagocitosis es el proceso mediante el cual una célula especializada .

- El macrófago se une a un microorganismo. La union se realiza mediante la emisión de pseudopodos por parte del macrófago, englobando al microorganismo. Dando lugar al fagosoma. En la posterior destrucción del microorganismo intervienen los lisosomas.

Esta destrucción puede llevarse a cabo:

a) Por mecanismos dependientes de oxígeno. Al activarse rutas metabólicas que consumen oxigeno. la activación de esta ruta produce la liberacion de radicales que son toxicos para los microorganismos.

b) Mecanismos independientes del oxigeno. Mediante la liberación de enzimas tipo hidrolítico que destruiran los microorganismos.

Para que se pueda producir la fagocitosis es necesario que el macrófago se una al microorganismo y activarse para poder emitir el pseudópodo y englobarlo. En esta activación interviene la ruta alternativa del complemento.

Activación del complemento. Ruta alternativa. El complemento lo forman 20 proteinas, las cuales y como consecuencia de interacciones entre ellas dan lugar a la respuesta inmune. El sistema del complemento puede activarse por dos vías, la vía clásica o la vía alternativa, la activación de una u otra dependerá de quien desencadene la activación. La activación de la ruta alternativa comienza en el C3 del complemento.

La activación comienza con la C3 convertasa que produce C3b, esta se fija a la superficie del microorganismo, por efecto feed back la C3b induce la formación de C3 convertasa. El proceso continua con la union a la membrana del microorganismo. A partir de ahora intervendrán otra serie de factores en la respuesta, como el C3a o el C5 (C5a). El microrganismo se rodea de C3b y esto provoca que los macrófagos se unan a él para la fagocitosis. Estos dos factores del complemento: C3a y C5a estimulan los mecanismos dependientes de oxigeno basandose en una liberación de histamina y heparina. Al mismo tiempo se induce la liberación de prostaglandinas y leucotrienos, que intervienen en la fisiología del dolor y vasodilatación.